En la primavera de 2025 hubo una profecía—una profecía que sacudió el futuro de Corea del Sur.
Fue algo que ninguna lógica humana pudo haber predicho.
Esa profecía fue proclamada por medio del hombre de Dios, Hyeok Park.
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En abril de 2025, él declaró con valentía:
“En estas elecciones presidenciales, el líder de la izquierda, Lee Jae-myung, será presidente.”
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El momento fue asombroso.
Se anunció incluso antes de que todos los candidatos hubieran declarado oficialmente sus campañas.
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Fecha de publicación: 26 de abril de 2025.
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Era un tiempo de gran incertidumbre.
Nadie sabía quiénes serían los candidatos finales. Figuras como Hong Joon-pyo, Han Dong-hoon, Ahn Cheol-soo y Kim Moon-soo aún competían en las primarias del partido conservador.
Nadie sabía quién sería el nominado definitivo.
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Después de la profecía, incluso el ex Primer Ministro Han Duck-soo anunció su candidatura.
Nadie podía prever cómo se vería la lista final de candidatos.
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Y, sin embargo, el hombre de Dios, Hyeok Park, habló con certeza:
“El líder de la izquierda, Lee Jae-myung, será presidente.”
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Esto no fue una especulación humana.
Fue una revelación divina.
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Pero entonces la situación se volvió aún más imposible…

El 1 de mayo, Lee Jae-myung recibió un veredicto de culpabilidad que fue remitido a un nuevo juicio.
Los medios informaron:
“Lee Jae-myung quizás ni siquiera pueda postularse.”
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Y las burlas siguieron:
“Qué profecía tan ridícula.”
“Es un falso profeta.”
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Pero al final… el resultado fue completamente diferente.
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4 de junio de 2025:
Lee Jae-myung fue elegido como el 21º Presidente de la República de Corea.
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Un giro sorprendente en una situación imposible.
La Palabra de Dios se cumplió con precisión.
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Sin embargo, esta profecía no se trataba solo de la elección de Lee Jae-myung.
Cuando el hombre de Dios, Hyeok Park, dio la profecía en abril, también declaró esto:
Previó que los creyentes coreanos se sentirían desanimados por la victoria de Lee.
Y por eso, incluso entonces, entregó la dirección y el consuelo de Dios junto con la profecía.
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El hombre de Dios, Hyeok Park, profetizó la victoria de un candidato cuya candidatura aún estaba en duda, en una situación que nadie podía prever.
También proclamó el consuelo de Dios para los creyentes en toda Corea.
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Esta profecía no vino de un cálculo humano.
Fue una revelación divina dada directamente al hombre de Dios, Hyeok Park.
Y esa palabra… se cumplió exactamente.
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Recordemos las palabras de Amós:
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Dios todavía habla hoy.

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