¿Cuál es tu nombre?
Mi nombre es David Hernández.
¿De dónde eres y cómo te enteraste de esta cruzada?
He vivido en Jalisco por 10 años. Sigo al Hermano Hyeok en YouTube y en las redes sociales.
Mencionaste que ya conocías de Cristo pero te apartaste por varios años. ¿Qué pasó durante ese tiempo?
Pasé por una ruptura matrimonial y fallé a Dios. Me sentí roto, me distancié y lo ofendí. Desde entonces no volví al camino de Dios porque me sentía sucio y culpable por lo que había hecho.
Después de escuchar al pastor, ¿qué pasó en tu vida?
Desde el momento en que llegué a este lugar y comenzó la alabanza, Dios empezó a quebrantar mi corazón. Comencé a llorar mucho. Cuando el hombre de Dios nos invitó a orar recordándonos que Dios nos escucha y que debemos tener fe, le dije a Dios: “Ya no quiero esta vida. Sé que no soy digno de Ti, pero Tú puedes perdonarme y restaurarme.”
¿Qué sucedió cuando el hombre de Dios estaba ministrando?
Cuando el Hombre de Dios oró por mí y me ministró, sentí una presencia muy fuerte—un viento frío me envolvió. Rompí en llanto y me encontré en el suelo. No supe qué pasó después de que él me tocó, pero sentí que caí y Dios empezó a ministrarme, quitando la tristeza, quitando la culpa de mi corazón. Por la misericordia de Dios, me sentí libre. Sentí que algo salía de mí, algo que me había atormentado, y ahora soy libre para la gloria de Dios.
¿Qué pasará en tu vida de ahora en adelante?
De ahora en adelante voy a renovar mi vida con el Señor. Voy a pedirle al Espíritu Santo que me guíe a una congregación donde pueda crecer espiritualmente, porque necesito de Dios.
Es un gozo que el Señor haya hecho esto. ¿Podemos decir que Él escuchó tu clamor y que la oración que hiciste con fe tuvo un efecto en tu corazón y tu vida?
Sí, amén. Muchas veces el enemigo me decía que no valía nada y me empujaba a quitarme la vida y a otras cosas semejantes. Pero para la gloria de Dios, hoy soy libre porque le creí a Dios, porque elegí venir a este evento sabiendo que el hombre de Dios estaría aquí y que Dios podía obrar en mi vida. Creí y recibí, para la gloria de Dios.
Pude ver y sentir la respuesta del Espíritu Santo en mi corazón. Le hablé y le dije: “Espíritu Santo, ya no quiero esta vida. Quiero una nueva vida contigo, caminando en Tus caminos.” Y creo que el Espíritu Santo obró en mi corazón. Rompió las cadenas, levantó las cargas, destruyó los lazos que ataban mi alma, mi cuerpo y mi vida—y ahora me siento libre. Lo siento dentro de mí. Si Dios lo hizo por mí, Él puede hacerlo por muchos otros que también estén lejos de Sus caminos.
¿Cómo te sientes en este momento?
Ahora valoro al Espíritu Santo, porque la Biblia dice que no debemos contristarlo. Vivir en la gracia de Dios es una gran bendición, pero caer de Su gracia es lo peor. Lo que el mundo le ofrece a la humanidad es lo peor. Para mí, lo más valioso es estar en Dios, porque en el mundo, en los placeres y en la vida que el enemigo ofrece, no hay nada bueno. El mismo que nos tienta a pecar y a ofender a Dios es el mismo que quiere destruirnos y vernos arruinados. Por eso hoy valoro la gracia y la misericordia de Dios que están en mi vida. Quiero guardarlas y aumentar el fuego que Dios puso en mi corazón a través de Su siervo, el Hermano Hyeok. He visto su canal y sus videos por mucho tiempo y siempre dije: “Un día estaré en un evento donde esté el siervo de Dios, porque sé que Dios hará algo en mi vida y me liberará.” Que Dios bendiga siempre al Hombre de Dios.
¿Tienes algún consejo para alguien que pueda estar en una situación similar?
Cree en Dios, porque Él es un Dios de restauración y de segundas oportunidades. Sus brazos siempre están abiertos, esperando que vayamos a Él y nos arrepintamos. Él no quiere que nadie se pierda, sino que todos vengan al arrepentimiento—Él es amor. Hoy puedo entender eso de nuevo. Durante el tiempo que estuve lejos de Dios, el diablo me tenía ciego, me torturaba por dentro con depresión, tristeza y culpa. Pero hoy Dios me restauró y me dio libertad para perdonar y para amar.
Muchas gracias por compartir tu testimonio.


