Bienvenida. ¿Cuál es tu nombre?
Jessica Padilla.

‍

¿Qué sentiste cuando el Pastor Hyeok oró por ti?
Todavía no sabría cómo explicarte lo que sentí porque fue tan impresionante, algo que nunca antes había experimentado en mí. Sentí que quedé libre de tantas luchas que tenía dentro de mí. Fue algo que salió de mí y que no quiero volver a tener jamás.

‍

¿Con qué estabas lidiando en tu vida?
Solía practicar la brujería. Mi familia —mi madre, quien me crió— me enseñó muchas cosas sobre la brujería. Mi padrino era “el negro Felipe”; él me bautizó y yo lo llevaba pegado al pie. Cada vez que peleaba, odiaba a esas personas y quería hacerles mucho daño; así como la gente me había lastimado demasiado, yo quería devolverles ese daño.
‍

What situation marked your life? 

La violación de mi papá. A la edad de 8 años mi papá me violó. El era la persona que más adoraba, todo esto me llevó a las drogas, a la brujería, a sapararme de mi familia, a todo tipo de cosas en las calles, porque para mí él lo era todo. Él era mi vida y me violó.

‍

¿Qué sentiste cuando el Hombre de Dios, Hyeok, se acercó a ti?
Sentí que mi cuerpo temblaba y que algo frío recorría todo mi cuerpo, y el calor salió por mis pies. Sentí como un aire fresco y algo que me decía: “Ya basta, vas a ser libre, suelta todo lo que te ata.”

Me siento feliz, con mucho gozo, y sé que Dios me dará otra oportunidad de estar con mis hijos. Esto era lo que necesitaba: ser libre para que Él abriera esa puerta para mí.
‍

Gracias, Jesús.

‍