Una niña que había sido sorda desde su nacimiento fue llevada por su familia, creyéndole a Dios por un milagro.
Mientras el hombre de Dios Hyeok oraba por los enfermos en Yakarta, Indonesia, ¡Dios tocó los oídos de esta niña y, de repente, pudo escuchar por primera vez!
Su rostro se iluminó de alegría, y su familia fue sobrecogida de felicidad. Fue un recordatorio poderoso de que Jesús está vivo y todavía sana hoy.
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